Manifiesto

Nos gusta pensar que la arquitectura habita en un difuso lugar entre la razón y el sentimiento.

Pensamos que lo que define la arquitectura en la que creemos, es esa constante necesidad por encontrar lo que nos conmueve, la búsqueda insaciable dentro de cada obra de algo que no se ve y, sin embargo, es lo verdaderamente importante. Quizá esa búsqueda de lo intangible es la que mejor define a este estudio de arquitectura, porque en el mundo de las prisas y de lo inmediato no siempre es fácil encontrar el tiempo para enamorarse despacio y con calma. Y es que al final cada proyecto en el que trabajamos se lleva algo de nosotros mismos.

La fuerza que uno necesita para ejercer la arquitectura en la que creemos, se basa en la necesidad de seguir aprendiendo y mejorando cada día, una insaciable curiosidad por encontrar nuevas soluciones y una exigente sensación de responsabilidad hacia los que confían en nosotros. Porque la arquitectura nos permite mejorar la vida de la gente, dar vida a espacios donde no la había, dar significado a palabras tan importantes como el hogar y resaltar la belleza oculta de un lugar. La arquitectura nos permite soñar y proponer un mundo mejor, nos da las herramientas para luchar con proyectos responsables contra la especulación y demostrar que se puede construir sin destruir.

Y en este camino en el que llevamos desgastando las suelas de nuestros zapatos, hay una palabra que nos define por encima de todas: honestidad. Empezando por nosotros mismos, porque en las pausas y en los tiempos muertos, huimos de los focos para centrarnos en lo que verdaderamente importa.

Una decisión consciente y constante sobre el tipo de persona que queremos ser y el tipo de arquitectura que queremos dejar, esa es nuestra huella.

Manifest

We like to think that architecture resides in a ethereal place between reason and emotion.

We believe that what defines the architecture we believe in is that constant need to find what moves us, the insatiable search within each work for something that is unseen and yet is truly important. Perhaps this search for the intangible is what best defines this architectural firm, because in a world of haste and immediacy, it is not always easy to find the time to fall in love slowly and calmly. In the end, each project we work on carries a piece of us.

The strength required to practice the architecture we believe in is based in the need to keep learning and improving every day, an insatiable curiosity to find new solutions, and a deep sense of responsibility towards those who trust in us. Because architecture allows us to improve people’s lives, bring life to spaces where there was none, give meaning to important words like «home,» and highlight the hidden beauty of a place. Architecture allows us to dream and propose a better world; it gives us the tools to fight with responsible projects against speculation and to show that it is possible to build without destroying.

And on this journey, where we have worn out the soles of our shoes, there is one word that defines us above all: honesty. Starting with ourselves, because in the pauses and downtime, we shy away from the spotlight to focus on what truly matters.

A conscious and constant decision about the kind of people we want to be and the kind of architecture we want to leave behind, that is our legacy.