Iglesia de Santa María de Oia | Pontevedra
Las obras de restauración de la Iglesia de Santa María de Oia, impulsadas por la Xunta de Galicia, no solo devolvieron la volumetría original al templo, sino que también abordaron una problemática crucial: la persistente humedad que amenazaba con degradar este valioso patrimonio, junto con otras lesiones estructurales.
Durante las excavaciones en el entorno, emergió la antigua chirola, y al reducirse la cota del nivel exterior, fue posible redescubrir las ventanas rasgadas que iluminaban las capillas del crucero. Esta revelación permitió una de las intervenciones más significativas: devolver al interior del templo la luminosidad característica de la arquitectura cisterciense. Se sustituyeron las carpinterías y se trabajó sobre los vidrios para lograr una luz blanca y difusa que, al bañar los espacios, recuperó el espíritu original del lugar.
Además, la restauración mejoró notablemente la ventilación del edificio. El aire ahora circula de forma natural desde las zonas bajas hacia las altas, con el campanario funcionando como una torre de extracción. Este sistema ha logrado reducir drásticamente los niveles de humedad que antes afectaban gravemente al templo, garantizando así su conservación a largo plazo.
The restoration work on the Church of Santa María de Oia, promoted by the Xunta de Galicia, not only restored the original volume of the building but also tackled a crucial issue: the persistent humidity that threatened to degrade this valuable heritage, along with other structural damages.
During the excavations around the site, the ancient «chirola» emerged, and by lowering the exterior ground level, it became possible to rediscover the elongated windows that once illuminated the chapels of the transept. This discovery led to one of the most significant interventions: bringing back the characteristic luminosity of Cistercian architecture to the interior of the church. The carpentry was replaced, and work was done on the glass to achieve a soft, diffuse white light that, when flooding the space, restored the original spirit of the building.
Additionally, the restoration significantly improved the building’s ventilation. Air now flows naturally from the lower levels to the upper ones, with the bell tower functioning as an extraction tower. This system has drastically reduced the high humidity levels that previously plagued the church, ensuring its long-term preservation.